Yo pertenezco a un lugar vacío,
sin sentido y grande, muy grande.
Donde las palabras ya no son más
que recipientes llenos de nada;
donde los sentimientos se venden
al precio de una copa, o
por el calor húmedo de una cama.
Nací en un lugar lleno de víctimas
desconocedoras de su muerte
que brindan por su mala suerte
y siguen, inconscientes, a la masa.
Porque sus corazones bombean,
pero no los sienten/ sus mentes se pierden
en la casa de la razón comprada.
Yo vengo de un lugar donde no se vive,
donde no se piensa; donde las balas de conciencia
ya no penetran en los inconscientes,
donde el genio es el que no conoce
y el que destaca es la carne fresca
de la que los lobos comen.
sábado, 27 de junio de 2009
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